ALQUIMIA SEXUAL Y MASONERÍA



Saludos a todos.

Antes de entrar en el tema de debate de esta noche hay una serie de precisiones que es necesario hacer para poder ubicarnos con mayor exactitud y extraer el provecho que conviene.

No es una introducción fácil, ni de hacer ni de entender, así que si algo queda turbio, es más que normal, tratándose de alquimia nada está claro.

Se trata de la naturaleza de la Alquimia y de ciertas influencias que con frecuencia quedan diluidas en el contexto del tema, por lo general por desconocimiento del idioma árabe y de la historia de la propia alquimia.

Para comenzar hay que resaltar que es muy difícil entender la alquimia si no se entiende que es un sistema en conexión directa con el Islam, y este punto ha sido obviado con demasiada frecuencia por los autores, que en su inmensa mayoría bebieron de fuentes herméticas y cristianas, excepciones muy contadas.

Y más un sistema como la alquimia que fue primero diseñado para el trabajo interior y que luego se “abrió” hacia la química y otros prados. La alquimia buscaba el “oro filosófico” mediante la transmutación/fusión del ego/materia y del espíritu/fuerza vital, para la generación del Cuerpo de Luz. Este cuerpo de luz no es otra cosa que el vehículo de la supraconciencia, mediante la sublimación de los cuerpos inferiores, refinamiento de la materia burda y pesada y activación de la glándula pineal.

De la activación de esta glándula se hace eco la Francmasonería y estas enseñanzas ocultas se van desvelando en los Grados Filosóficos superiores, por ahora dejo este tema aquí.

Lo primero que hay que decir es que la alquimia no es una vía única, vamos a verlo, puesto que si no, no entenderemos nada de la alquimia sexual:

La alquimia es la ciencia y el arte de la transmutación, un arte genérico que trata de hacer que un cuerpo exprese su potencialidad y la manifieste como una realidad, transmutación, esa es la palabra clave. De este principio genérico se derivan varias disciplinas:

    • La alquimia propiamente dicha, como ciencia de manejo de sustancias, simples o complejas, para la obtención de otros compuestos: pinturas, astringentes, decapantes…esta es la química común

    • La alquimia shariá, como el conjunto de normas y procedimientos encaminados a la sublimación de las energías espirituales, el objetivo es purificar el ego y el espíritu de manera que el alma sea digna del acercamiento a Allah

    • La alquimia espagírica, que es el compendio de procedimientos enfocados a la obtención de preparados medicinales, a partir de plantas y/o minerales

    • La alquimia shirkiya, cuyo objetivo es la obtención de preparados tóxicos, venenosos, mediante procedimientos y materias primas insalubres, pero no quedando aquí, pues “shirk” en árabe, significa toda operación energética/mágica enfocada a la “oscuridad” por contraposición a la alquimia shariá, cuyo objeto es la purificación, la shirkiya busca la dominación, la manipulación y el contacto con el shaytán, el demonio per se.

Una vez ya hemos clarificado lo anterior, podemos proseguir.

La alquimia estuvo desarrollándose en el seno del Islam sin demasiadas perturbaciones exteriores, pero este escenario cambió con la irrupción del Tantra, el cual llegó desde la lejana India, China y Tíbet, con una carga mixta de taoísmo chino, orientalismo hindú y chamanismo tibetano.

El Tao llegó preñado de concepciones energéticas y de fuertes connotaciones sexuales, con un corpus dogmático muy influenciado por la medicina tradicional china, la acupuntura y el Tui-na.

El orientalismo hindú portaba toda una cosmogonía politeísta que diversificaba las energías, personalizándolas.

El chamanismo tibetano, nacido en las cumbres y valles de los Himalayas, traía la magia de los Elementos y los espíritus de la naturaleza.

Estas tres disciplinas irrumpieron con enorme fuerza en la alquimia tradicional, mediante el vehículo del Tantra, produciendo dos vías diferenciadas de trabajo que luego desgranaré un poco más abajo.

Antes, es necesario explicar algo sobre el Tantra, y es que el Tantra tampoco es algo compacto, pues posee tres vías diferenciadas:
  • El Blanco, como procedimientos de sublimación interior y su punto de mira en la expansión de la consciencia en el estado conclusivo del trance Samadhi
  • El Rojo, como vía de fusión coital, en la forma del ritual del Maithuna
  • El Negro, encarnado por los monjes tibetanos de la secta Bon-Po, cuyo trabajo fundamental estaba enfocada en la evocación de las entidades oscuras y el trabajo consciente y dirigido con los Demonios

Así que el Tantra que propugnaba la fusión de los fluidos corporales y de las energías sexuales en un único vehículo, impacta la alquimia creando dos vías perfectamente diferenciadas:
  • La vía húmeda, básicamente tantra rojo, cuyo objeto de trabajo es la fusión corporal para la experimentación del trance extático, mediante el ascenso de Kundalini por el Canal Central
  • La vía seca, que vehicularon los Sufis, y que dio como resultado las técnicas de trance del HUWA, la Copa del Amor
    • Esta vía alquímica de la Escuela de la mano derecha, buscaba la fusión y depuración del Nafs, el ego, y el Ruh, el espíritu, para generar un aumento en la Fe, el Imam

Hasta aquí esta introducción, que me parecía necesaria. A partir de aquí comenzamos con la conferencia propiamente dicha.




Esta noche vamos a tratar, por encima, un tema que raramente se toca en el seno de las Logias, probablemente porque esté más que claro, pero que a mi me interesa especialmente para provocar el estímulo de una reflexión personal y, tal vez, el buceo filosófico. Hablo de la Alquimia sexual.

Como he sabido que el público aquí presente goza de cierto nivel de erudición, preparación e intelectualidad, me voy a tomar la licencia de hablaros sin demasiados frenos, y si algún concepto o palabra no quedará claro, podemos intentar desvelarlo en el posterior turno de ruegos y preguntas.

Como alquimia, conocemos que es la ciencia y el arte de la transmutación de la materia basta, algo que va más allá de la química y entra en lo místico y en lo esotérico.

La alquimia sexual sería pues, el arte y ciencia de la transmutación de las energías burdas en sutiles.

Hay dos vías generalmente aceptadas en la alquimia sexual, la vía húmeda, que sería la de la interacción física, comúnmente asociada al Tantra, y la vía seca, personal e interior, reservada a los Adeptos e Iniciados, y que va a ser la que tratemos en esta ocasión.

Toda operación alquímica requiere de un receptáculo donde se amalgaman y transmutan las materias, a este recipiente normalmente se le llama matraz, derivación de matriz, y que nosotros, los Francmasones llamamos Logia o Taller.

En el seno de la Logia es donde tienen lugar las operaciones alquímicas de rectificación, sublimación y transmutación de las energías, mediante la operación y efecto de los Rituales al efecto. La Asamblea masónica, constituida por hombres y mujeres, cada uno en su particular rango y calidad, vierte su energía personal a un objetivo común, el perfeccionamiento del individuo, y que por el concurso y dirección del Ritual es cuidadosamente mezclado, bajo la atenta batuta del Venerable Maestro.

No en vano los Masones portamos un mandil, que a la vez que alegórico de los de los canteros, es un escudo que protege nuestro chakra raíz de las energías que podrían desestabilizar el flujo etérico generado y movilizado por el efecto del Ritual, pero el mandil es también un modulador, una suerte de barra de cadmio que regula el flujo de energía que vierte el Adepto en el común matraz.

Las energías que se despiertan en el Taller, pasan por el alambique de nuestro canal central, la Sushumná, donde son ascendidas hasta el chakra corona y desde allí, como una fuente, remezcladas de nuevo con el resto de fluidos sutiles.

Todo en una Logia tiene un significado, desde la Negra Cámara de Reflexión, donde el profano muere a la vida burda, convirtiéndose en Nigredo, materia putrefacta que ha de ser sublimada hasta el Albedo por efecto de la Recepción de la Luz de la Iniciación; esta materia pútrida es la piedra basta, sin labrar, el Nafs, que el Masón se encarga de pulir y pulir, no importan los años que lleve en el seno de la Orden, el Francmasón trabaja su piedra, su esencia, su alma, su Ruh, para convertirla en materia útil que sumar a la obra común. Éste, se puede ver es un trabajo nunca concluido. La piedra del corazón nunca estará lo suficientemente trabajada como para devenir piedra perfecta, y ahí está una de las claves del trabajo masónico, la perfectibilidad, es decir, que somos conscientes de que la Perfección no es posible, por eso nos afanamos en la Perfectibilidad, y esta es probablemente la cualidad que le de la grandeza al ser humano. Perfecto sólo lo es el Gran Arquitecto del Universo, nosotros somos Obreros y nos esforzamos es desempeñar nuestro papel en la Magna Opus, cada uno en su posición en los muros del Templo.

La sexualidad no es entonces negada, si no modulada. Carece de sentido entregarse a una suerte de bacanal, eso es lo que hacen los animales y los hombres del arroyo, el Adepto canaliza su energía y la vierte en el matraz del Egrégor de la Logia, en la certeza que le va a ser devuelta ciento por uno, y esta es una de las respuestas al porqué, en todo tiempo y lugar, muchos hombres y mujeres de las mas altas posiciones han llamado a las puertas de los Templos, siendo la mayoría rechazados por su incapacidad para asumir que antes que recibir es necesario entregar, pues lo que se recibe no es si no lo entregado, rectificado.

VISITA INTERIORA TERRAE, RECTIFICANDO INVENIES OCCULTUM LAPIDEM

Traducido, “viaja hasta el interior de la tierra, por rectificación hallarás la piedra oculta”.

La Francmasonería es ante todo un modo de vida, y el Masón es un eterno viajero de la Conciencia, siendo pues el Taller una suerte de nave en la que la Asamblea realiza un viaje desde la pesadez de los metales profanos, los vicios y las querencias, hasta la sutileza de la energía refinada, sublimación que se va produciendo, perceptiblemente, a medida que se progresa en el Camino, Grado a Grado.

La operación alquímica es en la Francmasonería un trabajo interior, una especie de Viaje del Héroe, que tras superar, prueba a prueba, las dificultades que la vida y el Grado le presentan, sale victorioso, pues cuenta con innumerables ayudas: la protección y Guía del GADU, el Ritual, probado hasta la saciedad, sus Hermanos, que le aconsejan el Bien y le amonestan frente a las asechanzas del Mal, el Egrégor, alimentado con los más altos ideales, y su propio anhelo de mejora, pues este y no otro es el hornillo que mantiene el fuego activo, siendo el ansia de Bien el Fuego Alquímico secreto; a mayor ansia de utilidad, humildad e inofensividad, mayores y más intensas serán las llamas que se generen en el horno, con lo que mayor, también, la temperatura a la que lo basto y mezquino será sometido, para ser carbonizado.

Sí, el Masón es afortunado. Cierto que no es la única vía para obtener refinamiento, pero por alguna razón la Francmasonería es la Sociedad Iniciática más antigua del mundo, con diferencia, esta permanencia debe denotar algo, y no hay que ser muy avispado para contemplar las obras operativas que la historia ha conservado hasta nuestros días: catedrales, acueductos, calzadas, pirámides, templos…el pasado se nos revela a gritos, y aunque hoy casi todo adolezca de obsolescencia programada, las obras del Saber Verdadero permanecen y se transmiten, aún, de boca a oído, en voz muy baja, con reverencia, como en los tiempos ancestrales, del Maestro al Discípulo.

Porque, ¿qué sucede cuando las corrientes energéticas internas, de las que la sexual es el máximo exponente, no se encauzan entre la Escuadra y el Compás?, que si estas corrientes son movilizadas mediante un Ritual, el Adepto deviene un Mago negro. Y nada más diré en este momento de este asunto.

El hecho de estar esta noche aquí reunidos es muy significativo, no es esta actividad de multitudes, si no de escogidos, Elus Cohen, Teúrgos Elegidos, que anhelan el Saber, del que yo sólo soy un mensajero prescindible. Otro se ubicará en este sitial, otra noche, y establecerá otro eslabón a la Cadena.

Estas fueron mis palabras.

SULEYMAN FATTAJ

Salamanca, 08/02/2018












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