REFLEXIÓN SOBRE LA LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD


Fue en 1791 cuando nació esta proclama, 18 años antes de la revolución que la usaría como lema y orgullo. Si bien es cierto que individualmente, estos valores se alzaron como guía muchos siglos antes, esa fue la primera vez que los encontramos juntos.

Tras dicha revolución, y pasando por periodos de prohibición o sustitución (como el trabajo, familia y patria del Gobierno de Vichy), llegó a ser el lema de la Republica Francesa, de la República de Haití, y de la Francmasonería. Aunque la sociedad haya cambiado mucho en este tiempo, estos tres valores siguen, parece que permanentes, en nuestra sociedad.

Aún así, casi 300 años después, surgen muchas preguntas sobre esta trinidad: ¿Por qué todos los valores positivos posibles se juntaron en estos tres y no en otros?, ¿y por qué en tres y no dos, o cuatro?. Se sabe que en sus inicios tuvo varias coletillas como o la muerte, o añadidos como unidad, que no perduraron en el tiempo ¿se trata entonces de un ejemplo de una formulación más simple alcanzada?

Estas son las reflexiones de cuatro profanos sobre los tres valores más importantes de los últimos años.

LIBERTAD

¿Qué es la libertad?, ¿es un concepto limitable?, ¿es imprescindible la libertad personal para lograr la libertad grupal?

Entendemos que la libertad es poder elegir entre múltiples opciones (nunca impuestas), conociendo en que consisten todas y cada una de ellas. Incluso la opción de no elegir sería una decisión libre, si la decisión se ha tomado con conocimiento de causa.

Creemos, además, que la verdadera libertad es un sentimiento interior que va más allá de las circunstancias sociales, políticas y personales en que nos toca vivir.

Aún que sea un sentimiento interior, debemos diferenciar los términos de libertad personal (de uno mismo) y libertad grupal (de la sociedad en la que el individuo convive). En la libertad personal entraría el concepto absoluto de libertad, cosa que se limita en el término de libertad grupal, pues deben existir unas limitaciones. De no existir dichos límites, lo que terminaría con un choque entre libertades, caeríamos en el libertinaje, donde una libertad personal se colocaría por encima de otra. Esos límites grupales de la libertad, junto con nuestra conciencia, serán los dos factores que limiten la libertad individual.

Irónicamente, para encontrar libertad en sociedad es necesario limitar la libertad individual, sin caer en lo que muchos tiranos han caído a lo largo de la historia: Justificar el fin de la paz grupal a base de eliminar libertades individuales.

Aun teniendo claro el concepto, siguen apareciendo distintas posturas de entender la libertad.

Para algunos de nosotros, el concepto de libertad se limita a, por ejemplo, pedir libertad en occidente, lo cual se trataría de un insulto a nuestros abuelos, que lucharon cuando había mucha menos libertad. Sin embargo, debemos ver que el verdadero insulto es no continuar esa lucha día a día por un mundo más libre. Si bien es cierto que no podemos caer en una lucha anacrónica que pida derechos y libertades ya existentes, es necesario coger el testigo de los que antes lucharon por nuestros derechos y libertades actuales.

Para otros, el concepto de libertad va más allá. Es un intangible, dentro de un ámbito inexpugnable de potencias que jamás se podrán sesgar desde el exterior, ya que pensamos que la libertad se encuentra dentro de uno mismo y se afirma con tenacidad al alma, la cual representa nuestra identidad individual, reconociendo el libre albedrío, tomando las riendas de nuestra energía individual, su control, y el destino de la su propia fuerza, en cualquiera de las circunstancias que nos puedan rodear.

La libertad es un anhelo que está dentro de todos nosotros, y que no sólo nos iluminan individualmente, sino que también se ve reflejado en la sociedad, ayudando a su progreso.

La libertad no se queda sólo en el interior del ser, sino que necesita de la libertad de los demás para desarrollar la suya propia, y dará lugar a mejores condiciones de vida para todos los seres humanos.

En realidad, el ser humano todavía no es verdaderamente libre, porque apenas está aprendiendo a vivir su libertad.

La libertad es un nivel de evolución en el que la felicidad es total, donde la conciencia está completamente dilatada y comprende su inmensidad, siente su eternidad, y sabe que es libre porque el infinito es la libertad.

Para poder conseguir una libertad grupal, no obstante, es necesario e intrínseco la existencia de una igualdad entre todos los seres humanos.

IGUALDAD

¿Qué es la igualdad?, ¿existe la igualdad?, ¿por qué igualdad y no equidad?

La igualdad viene de la realidad de que todos nacemos y morimos, es la ausencia completa de todo privilegio, de toda distinción de castas y clases entre los seres humanos.

A pesar de que citemos en cientos de documentos oficiales como por ejemplo, en nuestra constitución o en la Declaración de los Derechos Humanos que todos los humanos somos iguales, fuera del papel es una realidad mucho más fea, difícil de lograr, para muchos utópica. Es innegable que existe desigualdad Norte-Sur, entre hombres y mujeres, e incluso dentro de una misma sociedad occidental es evidente la existencia de desigualdad.

Es por esta razón que es vital que nos sigamos recordando, y no solo en los documentos oficiales, que debemos seguir luchando por la existencia de igualdad en nuestro mundo, viendo la necesidad de entender las diferencias de cada individuo, y en ellas, ver la igualdad.

Como reflexiones grupales de cuatro profanos, y aunque como sociedad debemos luchar por la igualdad de todos los individuos, es obvio que no somos iguales en el sentido más simple de la palabra, ¿no deberíamos entonces perseguir más bien la equidad? Entendiendo que las personas no son iguales, sino equivalentes, ninguna es más valiosa que otra. El término igualdad, deformado, puede dar pie al rechazo del diferente al no querer ser igual, o tachar de menos a quien no ha triunfado en la vida a los ojos de la mayoría después de haber sido iguales toda la vida. Esta deformidad no tiene cabida con el termino equidad.

Aun así, y como cabría esperar en este trabajo, otros entendemos que la igualdad nace de la materia física de la que todos provenimos, que tiene su punto de partida (y quién sabe si de final también) en el macrocosmos, y que, formados por el mismo principio creador, nos coloca a todos los ciudadanos sobre la base de una misma categoría, llamada Igualdad, la cual opera bajo los conceptos de derechos y deberes. Por ello, el término de equidad es un paso ineludible para llegar a profesar la gran y verdadera igualdad.

Si como hemos dicho antes, cada individuo es capaz de ver la igualdad a pesar de las diferencias, podrá surgir entonces el sentimiento de fraternidad en el más amplio sentido de la palabra.

FRATERNIDAD

¿Qué se entiende por fraternidad?, ¿por qué la fraternidad es más amplia que la simple definición de fraternidad entre hermanos?, ¿es sinónimo de amistad, o de camaradería? ¿o se extiende a un sentimiento más amplio?

Si buscamos la definición de fraternidad veremos que el término literal se encuentra solo entre hermanos, ni amigos, ni socios, ni compañeros. Sin embargo, en la Revolución Francesa, en la Declaración de los Derechos Humanos y en cientos de posturas éticas e ideológicas, se habla de fraternidad fuera del término literal hermano-hermano. Tanto es así que en la masonería, o en el socialismo el término fraternidad es universalista.

Si algo diferencia la fraternidad literal a la filosófica, es la posibilidad de elección. Nadie elige a sus hermanos literales, pero si que es capaz de elegir a sus hermanos filosóficos (en la Masonería, el Escultismo, y como no, en la vida cotidiana…)

No debemos confundir el término fraternidad con el significado que se le ha dado a lo largo de la historia de una forma puramente elitista: clubs privados, hermandades elitistas… Que solo perseguían objetivos individualistas o de un grupo muy reducido de gente.

Pero al igual que la libertad necesita límites, y que la igualdad puede dar pie al rechazo, la fraternidad también tiene otra cara. Desde una interpretación positiva, la fraternidad es unión, cercanía con los otros: un vínculo. Sin embargo, al darle la vuelta y ver la fraternidad desde un punto de vista negativo, es un encadenamiento a otra persona. Encadenamiento que solo es posible romper con la deslealtad y la traición.

Para otros de nosotros, la fraternidad no puede coexistir dentro de la deslealtad o la traición, porque su núcleo es el Amor. Un amor desinteresado, puro, bondadoso, compasivo y afectuoso para con el resto de los seres humanos. Es utilizado para mantener a la humanidad unida sin esperar nada a cambio, que comienza con la vida y debe ser el último que se extinga. Significa responsabilidad, cuidado, respeto hacia otros seres humanos para ayudar a promover sus vidas. También significa afecto, amistad, simpatía, compañerismo, tolerancia, que se da entre todos los seres humanos al igual que podría darse entre los hermanos de sangre. La fraternidad es amor al prójimo, es una disposición del alma, esa misma que nos hace libres y es individual aunque integrada en el resto de las almas de la sociedad. Nace de aquellos corazones sin perjuicios, y que se muestra a través de la más limpia y pura empatía.

Sea como fuere, entender la fraternidad tiene mucho que ver con la igualdad y la libertad como reconocimiento expreso de respeto al otro.

¿Por qué no incluir la Fraternidad en el concepto de Igualdad?

Concebimos que la Igualdad como un concepto in-inmutable que es. No precisa de limitaciones ni especificaciones, pues es algo inherente al ser humano, extensivo a otras especies. Algo diferente es la Igualdad en sentido práctico y reconocible en las esferas personales. Pero la Fraternidad está en otro plano. Aunque puede entenderse como la consecuencia de la Igualdad, al no poder contemplar, a priori, la fraternidad sin un concepto de igualdad; esto solo es en su aspecto teórico y estático. La Fraternidad es en cambio el aspecto dinámico de la Igualdad, salvando esa Igualdad activa y práctica que enmarca el reconocimiento de los Derechos y el establecimiento de unos Deberes.

La Fraternidad se enmarca en haber pasado por experiencias básicas similares, tales como situaciones adversas o comunes a las especies vivas. Es el compartir esas experiencias similares lo que nos hace hermanos. También es similar, más no con el mismo alcance, el concepto de camaradería en el ámbito castrense.

Pero lo que está claro es que no pueden separarse los conceptos de Igualdad y Fraternidad, pues en nuestro mismo discurso intentando hablar de Fraternidad terminamos hablando sobre la Igualdad.

En definitivo, la Fraternidad es el concepto activo y dinámico de una Igualdad estática y que enmarca todos los ámbitos de la existencia. No son separables los conceptos, ni tampoco incluibles en un mismo Ser.


Una vez reflexionado sobre estos tres valores, cabe el hacer alguna que otra apreciación. Como seres humanos organizados, nuestra mente tiende a decidir cuál es el más importante de los tres valores en un momento circunstancial, o cual necesita más nuestra sociedad actual, aunque no nos demos cuenta de la gran integración que existe entre ellos y que, cuando profesamos uno, estamos profesando los demás, en mayor o menor medida.

Estos tres valores, cuando más útiles son es cuando se encuentra un verdadero equilibrio entre los tres. De nada sirve destacar uno, pues los otros dos se verían afectados llegando incluso a perderse, incluso cuando es difícil que se pierdan ya que están integrados.

La historia nos da una lección, pues a lo largo de los años se le ha dado múltiples interpretaciones a esta trinidad. La mayoría de ellos intentando aplicarlos exclusivamente a un sector o clase social, como hiciera la Burguesía durante la Revolución Francesa. Es por eso que estos valores serán beneficiosos para toda la sociedad si, y solo si, son valores entendidos desde el universalismo que garanticen que cuando se hable de Libertad, Igualdad y Fraternidad, se entienda que todas las personas de este mundo deben ser parte activa de esta búsqueda de una sociedad más justa, que comienza buscando en nuestro interior.

A. C.

E. G.

Aleks Ginsberg

M. Dimas Barsan

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