La piedra angular como construcción social






El secretario de la defensa norteamericano, declaró que la Alianza Atlántica sigue siendo “piedra angular” de defensa para EEUU y Europa. René Guenón sin embargo, sostiene que la moral es la “piedra angular” que sostiene el templo masónico. El rito de poner una piedra angular es un componente cultural importante, de la arquitectura occidental, y metafóricamente, en la arquitectura sacra en general. Los orígenes de esta tradición son vagos, pero su presencia en los países judeocristianos, puede estar asociado, con una cita, del Antiguo Testamento (Salmo 118:v.22)El concepto de piedra angular o piedra base del (latín: Primarii Lapidis) se deriva de la primera piedra, en la construcción de una base, de una cimentación de albañilería importante, ya que todas las otras piedras, se establecerán en referencia, a esta piedra, lo que determina la posición, de toda la estructura.






La tradición cristiana, de la que la francmasonería es una de las formas (esotéricas) más esenciales, adjudica mucha importancia, a la (piedra angular y a su simbolismo). Lo esencial de esta tradición reposa en la frase siguiente: "La piedra rechazada por aquellos que construían, se ha convertido en la piedra principal del ángulo". Se habla de las construcciones de los templos cristianos, y de la construcción y sacralización realizada por los francmasones, constructores de Catedrales, dicen que eran poseedores del secreto técnico, y el secreto iniciativo. Era un masón, quien colocaba la primera piedra del edificio, (la angular o de fundación), normalmente en la base de la cabecera de la Catedral, también era un masón, quien culminaba la obra, con la colocación de la última piedra, la (angular o clave de bóveda), el ejecutor del principio, y del fin, el Alfa, y el Omega de la Catedral.


El masón era un trabajador libre y franco, de ahí el término francés francmaçon o, en inglés, freemason. Su carrera profesional comenzaba como aprendiz, a los 13 o 14 años, se le encomendaban los trabajos más sencillos, bajo la supervisión de expertos. Tras unos cinco años, y siempre que demostrara buenas maneras en su oficio, se convertía en oficial, título que otorgaba el maestro en ese momento. A los 19 o 20 años, ya podía realizar trabajos especializados, bien como cantero, o bien como escultor, si tenía la habilidad requerida. Su prestigio se reflejaba en el hábito de firmar sus sillares, con signos específicos, las marcas de cantero, cuyo significado, sigue debatiéndose entre los historiadores.






En cierto modo, su trabajo en la tierra era equiparable al de Dios en el cielo. Dios era el sumo Arquitecto, el constructor del Universo y su forma, y el maestro masón era su homólogo mortal. No en vano una Catedral Gótica se consideraba la representación, de la obra de Dios en la tierra. Un maestro constructor, era una especie de mago, un alquimista, capaz de emplear materiales cotidianos y simples, para construir a partir de ellos, una obra celestial y extraordinaria.






Debe quedar bien claro, que en el simbolismo de los constructores medievales, que se apoya en la tradición judeocristiana se vincula con la “construcción del Templo de Salomón” como su prototipo, consta, en lo que concierne a la “piedra angular”, que es una “clave de bóveda”, y si la


forma exacta del Templo de Salomón ha podido dar lugar a discusiones, desde el punto de vista histórico, es seguro, en todo caso, que esa forma no era la de una pirámide, son éstos hechos que hay que tener necesariamente en cuenta en la interpretación de los textos bíblicos referentes a la “piedra angular.






En este párrafo que hace referencia al Templo de Salomón, debemos hacer hincapié desde la Institución Masónica. Podríamos referirnos a ella como piedra angular social…. forma al hombre, para que este tenga buen gusto, para obrar, amar lo bello, odiar lo feo, se trata de orientar y reforzar las reacciones naturales, ante las acciones nobles, he inmobles. Nuestra civilización duda de esto, no está segura de que haya un modo de vivir moral digno para el hombre, por eso, no sabe educar ni formar, solo sabe instruir. El masón sigue Formándose, Ilustrándose, desde la Institución Masónica, con el compromiso que adquiere libremente, de hacer un trabajo social colectivo, más Libre, más Fraterno y Justo, por lo tanto, en el propio masón, debe estar presente la piedra angular, que construya, una sociedad nueva.






Comprendiendo al ser humano, y tomando en cuenta sus aspectos físicos, psicológicos, sociales y espirituales etc… y también como ente social, y transmisor, este ya debe ser, un ser nuevo en espíritu, y conducta, dando testimonio de su existencia como tal en la vida diaria, en sus actos, sea cual fuere su posición en la sociedad, desde la más humilde, a la más encumbrada, y en unidad de la diversidad social, piedra angular de la doctrina Masónica. Considerar firmemente que es preciso dejar atrás, la concepción de observar primero al problema, y luego al ser humano. Desde que el hombre intercambio sus ideas liberales, con el ensayo sobre el entendimiento humano, publicado unos años antes de la Fundación de la Gran Logia de Londres, se abrieron las puertas, a una nueva forma de considerar al hombre, ya no como un elemento del régimen Patriarcal de la Heded Media, sino como un integrante de las “Guildas” que le eran necesarias para ser más fuerte, eran los albores de la Ilustración.






La construcción masónica el bien llamado arte masónico, está ligado indisolublemente al arte sagrado, desde la más remota antigüedad. No se trata del “arte” al cual está acostumbrada nuestra sociedad, sino del último resabio del “arte” entendido como portador de toda una filosofía determinada , para la cual el “artista “será no solo el obrero que batirá el “espacio sagrado”-o-un orden del caos, sino que también operara esta misma transformación, dentro de su persona, dentro del microcosmos. El arte de la convivencia social, de la construcción del mundo, donde las ventajas del progreso, sean compartidas por todos. Arte también del respeto, y la tolerancia.






Cada masón centrara su atención en los temas que le parezcan fundamentales en su contexto social. Dependerá de cada masón lo que haga con las herramientas que le ofrece la masonería, dependerá de su ingenio, dependerá de su inventiva, y de su voluntad. Algunos han liberado países, cimentado sociedades, educado a las generaciones futuras, estableciendo criterios de racionalidad, en los conflictos bélicos, luchando por conceptos democráticos de gobierno etc...






En suma, el éxito de la “piedra angular masónica para formar una sociedad nueva” dependerá de los constructores que tenga la masonería, esta solo será responsable de dar el espacio “de libre pensamiento”, donde las aptitudes personales de cada uno, puedan desarrollarse, dentro de un clima de respeto mutuo.






Donde la libertad, la igualdad y la fraternidad, no se olviden.






Salamanca, a 2 de Diciembre de 2017






Hipatia








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